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Primavera. La estación del amor

Por qué la primavera es la estación del amor

Nada más romántico que las flores, ¿cierto? El romanticismo, de hecho, está asociado directamente con las flores. La primavera es la estación del florecimiento, de los colores vivos gracias al protagonismo de la luz del sol, del buen tiempo, cálido y amigable. Es el despertar de la naturaleza, después de un largo letargo vivido tras el invierno. Por eso la primavera es la estación del amor (y de las alergias, por cierto, no todo es color rosa). Los grandes poetas lo saben y por eso sus versos casi siempre hablan sobre la primavera. “La primavera la sangre altera”, dice un refrán por ahí, y no lo dice en vano.

¿Hay respaldo científico? Pues sí. De acuerdo con Rosalía Beatriz Álvarez, psicóloga y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), “el ser humano reproduce lo de la naturaleza, ni más ni menos. Mientras que en el invierno el cuerpo está en reposo, en primavera se activa, sentimos mayor deseo de dejar de hibernar, se incrementa el erotismo y el deseo de encontrarnos con el otro”. ¿Lo ves?

La primavera es la estación del amor

Razón Nº 1: El Sol

Aunque no lo creas, la respuesta está en la influencia del sol, esa estrella amarilla que protagoniza, obviamente, nuestro sistema solar. Sus rayos llenan al ser humano de mucha energía y vitalidad. Los días se alargan porque hay más horas de luz, y eso nos hace querer salir y socializar aún más.

Sin ir muy lejos, dado ese despertar de calidez, el frío y los abrigos se despiden para dar la entrada triunfal al calor y las pocas ropas: shorts, escotes, etc. En estas condiciones donde la temperatura es agradable (y la gente suele mostrar más, haciendo propicio un ambiente erótico pero sutil), estamos de mejor humor y tenemos mayor facilidad de enamorarnos. El sol viene a ser como nuestro cupido flechándonos con sus rayos luminosos.

Diego Golombek, doctor en Biología e investigador del CONICET, afirma que “si bien no se conoce exactamente el mecanismo por el cual la luz solar cambia el estado afectivo, se sabe que hay cambios químicos en áreas específicas del cerebro que tienen que ver con esto. Al cambiar el estado afectivo, hay una mayor tendencia a sociabilizar, lo cual suele cerrar un círculo virtuoso que nos pone aún de mejor humor. Es, entonces, una combinación de cambios biológicos y socioculturales”.

Razón Nº 2: Las hormonas

Todo se relaciona, y como gracias al sol comenzamos a usar menos ropa, y a mostrar más piernas, más escotes, más hombros… ¡El deseo sexual se incrementa!

Adriana Guraieb, psicoanalista, sexóloga y miembro de la APA, explica que “con la primavera se incrementa la producción de hormonas vinculadas al buen estado anímico –como la serotonina– y repercute en el deseo de mayor y mejor calidad de lazo emocional y sexual”.

Asimismo, según un estudio realizado por la Universidad de Edimburgo y Manchester (Reino Unido), la primavera favorece la secreción de feromonas, oxitocina, noradrenalina, serotonina y dopamina,  que son las que provocan que estemos más enérgicos y vitales, con ganas de hacer más cosas y con más entusiasmo de salir a relacionarnos.

La  explicación es química: las feromonas son las hormonas de la atracción, la oxitocina es la hormona del amor, la dopamina es la hormona del placer y la motivación, la serotonina regula nuestro estado de ánimo, y la noradrenalina alivia el estrés. Si todas trabajan unidas en un ambiente primaveral, por supuesto que nuestros deseos estarán a flor de piel.

Florecemos, renacemos… 🌺

 

Así como la naturaleza florece, nosotros también lo hacemos. No se trata solamente de encontrar el amor en alguien más, sino de enamorarnos nosotros mismos, de amarse a sí mismo, de reencontrarse con un yo más feliz y saludable, de hacer las paces con nuestra autoestima. En fin, de evolucionar y crecer como personas. Por supuesto que para hacerlo no tienes que esperar a que llegue la primavera.

Todos tenemos una estación favorita, sea verano, otoño o invierno. A mí me encanta la primavera y las flores, pero siempre ando estornudando en estas fechas porque hay algo en el ambiente que me da alergia. No por eso voy a dejarme caer en una cama para no ver la luz del sol. Yo disfruto de lo que la naturaleza me regala y llevo muchos pañuelos adicionales para limpiarme la nariz al estornudar. Amo el frío, pero siento que me congela los dedos. Me encanta el verano, pero no me gusta sudar (excepto en el gimnasio, ahí busco sudar lo más que pueda, porque a más sudor menos gordura). Al final, se trata de tu disposición hacia la vida, las estaciones son solo el escenario.

Por supuesto, la primavera es una gran oportunidad para “reconectarnos con la naturaleza, con el cuerpo y con las personas que nos rodean”, así lo afirma Guarieb. Asimismo, señala que “La primavera es el momento de cambiar de piel, de renacer, de renovarse; es el tiempo justo para que nuestro espacio interior se nutra con el poder energizante del sol, del aire tibio y del amor”.

También, según la psicóloga Álvarez, “Si florecemos como lo hace la naturaleza, miramos la vida desde otra posición subjetiva, sentimos amor por ella; nos sentimos más optimistas y esperanzados. Por supuesto que esto es percibido no sólo por nuestro interior, sino por nuestros semejantes, provocando también en esos otros el deseo de acompañarnos en ese trayecto que parece disfrutable”.

Ahora que ya sabes por qué la primavera es la estación del amor, sonríele a la vida, sal, diviértete y florece junto a las demás flores del jardín.

 

Pareja con diferencia de edad

Pros y contras de la diferencia de edad con la pareja

Al relacionarnos afectivamente con otro intervienen más aspectos inconscientes que conscientes. Algunas personas piensan que nos enamoramos de quienes se nos asemejan mucho en lo esencial; sin embargo, pueden existir marcadas diferencias de edad, cultura, poder adquisitivo o experiencia, que dan paso a las llamadas relaciones asimétricas.

Por su naturaleza, las relaciones asimétricas requieren que desarrollemos el amor de una manera distinta. Al principio estas diferencias pueden resultar poco importantes, pero si las ignoramos, con el paso del tiempo pueden convertirse en un problema. El conferencista Carlos Fraga explica que hay asimetrías que pueden superarse y otras que no, en el primer grupo entran factores como el grado de instrucción o el poder adquisitivo, y en el segundo, la edad. En todo caso, el motivador subraya la importancia de no disfrazarlas sino hacerlas presentes a través de la conversación y los acuerdos para poder vivirlas sin padecimientos.

Actualmente, la sociedad continúa imponiendo restricciones a la forma de relacionarnos. La diferencia de edad entre los miembros de una pareja no solo tiene lapsos recomendados sino incluso determinaciones acerca de cuál género debería ser mayor. Aún hay especialistas que sostienen que la distancia de edad ideal entre una pareja es de 5 años, siendo, por supuesto, el hombre mayor que la mujer. La principal razón que argumentan es que las féminas alcanzan la madurez emocional mucho más temprano que los caballeros.

Ahora, ¿qué sucede cuando entre los enamorados hay una brecha de 10, 15, 20 años o más?, ¿están destinados a separarse? El psicólogo Antonio Bolinches sostiene que si el hombre es hasta 10 años mayor que la mujer no hay problema, pero si a esa distancia le añadimos una década más, 20 años de diferencia, se produce un salto generacional que la sociedad repudia. Adicionalmente, según comenta el especialista, si el miembro mayor es la mujer resulta peor, salvo que ésta ostente poder en alguna de sus formas: riqueza, fama, renombre.

En conclusión, las parejas con edades muy desiguales tienden a generar rechazo social, pero no por ello dejarán de existir.

 

Tipos de parejas asimétricas

Economía y juventud: El psicólogo Esteban Cañamares sostiene que existen personas con grandes diferencias de edad que se relacionan por interés económico (generalmente en el caso de ella) y el deseo de rejuvenecer (generalmente en el caso de él). El también sexólogo asegura que no siempre esto ocurre y que más que pareja se trata de una unión por contrato mercantil.

Madre y padre: Cañamares nos recuerda los mitos griegos de Edipo y Electra al explicar la búsqueda de los hombres de elementos de su madre en la pareja y en el caso de la mujer aspectos paternos. Advierte que esto no se torna patológico en la medida en que la actitud maternal y paternal no sea rígida, sino por el contrario, es confortante para ambos una mujer cuidadora y un hombre protector.

Atracción y compatibilidad: en el último grupo el especialista ubica a quienes se aman y entienden bien y construyen una relación estable, sin obsesionarse por la marcada diferencia de edad.

Surge entonces la pregunta: ¿qué busca un hombre en una mujer más joven y qué espera encontrar una mujer mayor en un hombre menor? La sexóloga Delfina Mieville apunta que con frecuencia «el varón mayor busca sentirse más joven y poderoso y una representación de éxito social, mientras la mujer joven puede buscar una figura paterna o una estabilidad mayor o incluso una madurez que no encuentra en sus coetáneos». Con respecto a la fémina mayor, explica que a partir de los 45 años tiene la necesidad de reafirmarse a través del deseo de conquista, lo cual aumenta su autoestima. La también socióloga aclara que no en todos los casos ocurre lo mismo.

Mieville enumera los factores que por lo general se presentan en este tipo de relaciones:

  • Miedo de la mujer a relacionarse con hombres de su edad.
  • Deseo de ellas de vivir una etapa juvenil insatisfecha.
  • Necesidad del hombre de revivir la etapa de cuidados maternales no satisfechos.
  • Urgencia de ambos de dirigir sus deseos sexuales hacia personas viables.

Por lo general, las parejas en las cuales la mujer es mayor tienden a esconder su relación por miedo al “qué dirán”, también es frecuente que las presiones del entorno inmediato generen miedos e inseguridades que afectan la solidez del vínculo. Asimismo, es habitual que la mujer entre en competencia con otras más jóvenes y surjan los celos.

En cuanto al hombre mayor, las estadísticas indican que a partir de los 50 años experimenta la sensación de vejez y busca rejuvenecerse al lado de alguien menor. Todo ello, por supuesto, será válido para personas con necesidades psicológicas no resueltas; sin embargo, quienes no tienen ese problema suelen sentirse atraídos por alguien mayor por su personalidad, sabiduría, seguridad económica y experiencia.

 

diferencia de edad

Los pro de la diferencia de edad con la pareja

Aprendizaje constante: en este tipo de relaciones siempre habrá uno con un mayor caudal de experiencia con respecto al otro, lo que hará que el segundo se mantenga en una instrucción diaria que puede ayudarlo a potenciar los aspectos de la vida en común.

Distintos puntos de vista: la diferencia de edad hace que cada uno vea la vida de una manera diferente, si se logra trabajar esto a través del diálogo y la comprensión sin duda ambos abrirán su mente y complementarán sus modos de ver el mundo.

Estabilidad: al sumar la sabiduría de la madurez con la energía de la juventud se obtendrá un equilibrio muy positivo para la relación de pareja.

Mejor relación sexual: la veteranía del mayor aumentará la pasión de la pareja. El psiquiatra Juan Ariel Zúñiga indica que la mujer alcanza su mayor intensidad sexual cuando el hombre empieza a decaer (él entre los 18 y los 30, ella después de los 38) un hombre menor con una mujer mayor podrá coincidir en su apogeo sexual, en el caso de un hombre mayor que la mujer podrá compensarlo con la experiencia y suavidad en el trato.

 

Los contra de la diferencia de edad con la pareja

Celos: la persona con más edad suele temer la presencia de rivales más jóvenes, atractivos y con mayor capacidad sexual, por lo que el miedo a la infidelidad puede presentarse con mucha frecuencia. Claro que los celos tienen más que ver con la inseguridad que con los años.

Amigos y familiares: el tipo de amistades y los sitios que se frecuentan con ellos suele ser distintos en función de las edades. Muchas veces las parejas logran adaptarse a esto sin problemas, pero otras veces no y allí surgen roces con los amigos del otro. Asimismo, es frecuente que la familia rechace este tipo de uniones porque la nueva pareja tenga la misma edad de sus padres o hijos. Esto sin duda afecta la tranquilidad de ambos y a veces uno de ellos se ve en la necesidad de escoger entre la familia y la pareja.

Reloj biológico: el doctor César Lozano subraya que la mujer mayor que se relaciona con un hombre menor teme por el tiempo de fertilidad que le resta, mientras que la mujer joven que sale con un hombre mayor tiende a postergar la maternidad porque le parece pronto. Sin duda un punto importante que debe hablarse clara y honestamente con la pareja.

Posibilidades sexuales: si bien indicamos que el sexo era uno de los pro debido a que su calidad puede aumentar con la experiencia del amante que tenga más años, también podría considerarse un contra si nos centramos en el impulso sexual del hombre, que disminuye después de los 30, y la inviabilidad de ciertas posturas con el paso de los años.

 

diferencia de edad

Cómo enfrentar los contra de la diferencia de edad con la pareja

El psicólogo Esteban Cañamares resalta que lo más importante para enfrentar los riesgos de tener una pareja con mucha diferencia de edad es no ocultar la realidad sino hablarla y revisar aquellos aspectos que podrían tornarse problemáticos:

  • Prestar interés genuino al otro.
  • Adaptarse a su ambiente, amigos, estilo de vida por el simple placer de compartir con él o ella.
  • Aprender a satisfacer sexualmente al compañero.
  • Brindar seguridad afectiva al otro para evitar los celos.

Por su parte, el terapeuta Raúl Carvajal recomienda establecer acuerdos porque las reglas claras evitan conflictos:

  • Conversar acerca de lo que necesita uno del otro y lo que esperan de la relación.
  • Resolver los conflictos, no esconderlos ni postergarlos.
  • Cuestionar lo que se busca en la pareja para no repetir los modelos disfuncionales de nuestros hogares paternos.

Finalmente, para que una relación de este tipo funcione se debe ser realista, no enfocarse en la diferencia de edad sino en lo cómodos que nos sentimos con nuestra pareja. Asimismo, debemos obviar las críticas y trabajar nuestra capacidad de adaptación.

No toda relación asimétrica está destinada al fracaso, al contrario, puede resultar una de las experiencias más gratas de nuestra vida, pero como toda relación requiere que hagamos un esfuerzo consciente en comunicarnos con el ser amado con quien compartimos valores, sueños, deseo y pasión.

 

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¿Qué es el amor?

¿Qué es el amor? Visto desde 7 perspectivas diferentes

¿Qué es el amor? Te habrás preguntado. Ed Sheeran tiene la respuesta o, al menos, su versión…

Amar puede hacer daño,
algunas veces, amar puede hacer daño,
pero es lo único que conozco.
Y cuando se pone difícil,
sabes que algunas veces se puede poner difícil,
es lo único que nos hace sentir vivos.

Amar puede curar,
amar puede remendar tu alma,
y es lo único que conozco.
Juro que será más fácil,
recuérdalo con cada pedazo de ti,
y es lo único que nos llevamos cuando morimos.

 

 

Charli XCX también podría ayudarnos a buscar una respuesta con el Boom Clap de un corazón…

Eres una foto de perfecto azul,
tomando el sol en la luna,
las estrellas brillan mientras tus huesos se iluminan,
el primer beso, como una droga,
bajo tu influencia,
me dominas,
eres la magia en mis venas,
esto debe de ser amor.

 

Por más que nos hagamos la pregunta, explicar qué es el amor resulta una tarea bastante complicada, pues no cuenta con una definición única. Es, de hecho, una palabra polisémica ya que tiene muchos significados dependiendo de la lupa con la que se esté mirando.

Si vamos a lo básico y buscamos en el diccionario, encontramos que el amor es un “afecto por el cual busca el ánimo el bien verdadero o imaginado, y apetece gozarlo”. Es decir, hablamos de un sentimiento que muchas veces se asocia al amor romántico, ese al estilo de Romeo y Julieta.

Tratar de explicar el significado y el sentido de este sentimiento es nadar en aguas turbulentas porque la cantidad de definiciones que hay son proporcionales a la cantidad de personas que existen en este mundo. Lo que quiero decir es que cada quien conceptualiza el amor a su manera, de acuerdo con la educación que haya recibido (qué le dijeron desde la infancia acerca del amor, lo que ha leído en los libros, lo que escucha en las canciones, lo que ve en la tv) y las experiencias propias o vicarias que ha tenido del amor a lo largo de su vida. Lo que para mí es el amor, es muy probable que para otra persona no lo sea. He ahí la dificultad de racionalizar un sentimiento tan complejo.

El amor es un concepto tan abstracto que abarca, en sí mismo, una cantidad de sentimientos diferentes: pasión y deseo del amor romántico, proximidad asexual del amor familiar, devoción del amor religioso. Por eso hay diferentes áreas del pensamiento que han buscado la forma de explicar el amor, perspectivas que te describiré a continuación.

 

¿Qué es el amor?  7 Perspectivas que ayudan a explicarlo

 

el amor

 

  1. Perspectiva psicológica

La psicología ha tratado de hallar el significado del amor a partir de muchísimos estudios. Sin embargo, la clasificación que goza de mayor popularidad en esta rama profesional es la Teoría Triangular de Sterngberg, la cual categoriza tres elementos constitutivos del amor: la pasión, la intimidad y el compromiso.

  • Pasión: Es un estado de excitación física y mental, un afecto intenso que domina sobre la razón y la voluntad. Sus componentes básicos son la atracción y el apetito sexual.
  • Proximidad: Sentimiento de unión y afecto hacia la otra persona, necesidad de hacerla sentir bien y de procurar su felicidad, ganas de comunicarle nuestras opiniones y sentimientos, de hacerle saber que estamos ahí, que cuenta con nosotros. La proximidad también es empatía, es adoptar una actitud benevolente y tierna con esa persona.
  • Compromiso: Voluntad de proseguir a largo plazo con la relación para cuidar y alimentar el amor. Puede darse, incluso, a pesar de que la pasión y la proximidad se hayan deteriorado. Los matrimonios arreglados son un ejemplo de cuando el compromiso antecede la pasión y la proximidad (el tiempo dirá si los cónyuges tienen suerte y pueden experimentar atracción, empatía y felicidad).

Entonces, a partir de la combinación de esas tres aristas, surgen 6 tipos de amor:

  • Amor romántico: Es la relación entre pasión y proximidad. Un amor a lo Romeo y Julieta. Surge cuando los amantes experimentan una atracción intensa, tanto física como emocional. Se trata de un amor idealizado cuya expectativa es que otro ser humano cercano nos colme de satisfacción y felicidad. Es, de hecho, una etapa –la primera– en toda relación de pareja. Al inicio de un amor, las personas están experimentan amor romántico porque todavía no hay compromiso. Según expertos, este estadio puede durar en su máxima expresión 1 o 3 años en la pareja –luego irá disminuyendo dependiendo de los amantes– lo que no quiere decir que después de este lapso el amor se vaya a apagar, solo que la dinámica se asentará en bases más sólidas que el sexo y la emoción.
  • Amor compañero: Es la relación entre proximidad y compromiso. Se refiere a la necesidad de apoyo social, emocional, comprensión mutua y comunicación. Se dan en las parejas que han perdido la pasión.
  • Amor fatuo: Es la relación entre compromiso y pasión, antes de que la proximidad haya aflorado. Es cuando las personas se casan al poco tiempo de haberse conocido. Se le llama fatuo porque nuestro compañero todavía no nos conoce del todo y nosotros seguimos adoptando una máscara o solo mostrando nuestra mejor cara, sin darnos a conocer como se debe. Al pasar el tiempo, este tipo de amor puede dar lugar a la desilusión, pues vamos mostrando nuestro verdadero yo, y si la otra persona no acepta nuestros defectos o nosotros no aceptamos los de ellos, la unión habrá sido un intento fallido.
  • Amistad: Cuando solo hay proximidad. Es esa camaradería que sentimos con nuestras amigas y amigos.
  • Capricho: Cuando solo hay pasión y apetito sexual. Puede llevar a la obsesión cuando no podemos poseer a esa persona.
  • Amor vacío: Cuando solo hay compromiso, cuando la pasión y la intimidan se acaban o nunca existieron.

Según esta teoría, el amor “perfecto” es el que combina equilibradamente los tres elementos del amor: pasión, proximidad y compromiso. Los psicólogos opinan que es muy difícil conseguirlo y que, cuando se obtiene, dura poco porque requiere mucho esfuerzo.

Pero, a ver, ¿quién dijo que es fácil? Me parece que si dos personas de verdad se aman, pueden construir un gran amor con estos tres elementos. Es cuestión de alimentar el sentimiento. Seamos más optimistas en el asunto y apostemos al amor como un pastel delicioso que se hace mezclando los tres ingredientes importantes. ¿De acuerdo? Menos pensar, más sentir y más hacer.

  1. Perspectiva biológica

Los biólogos no se quedan atrás explicando el significado del amor. Aunque, te advierto, su posición es un tanto más calculadora y fría que la de los psicólogos. Eso que se llama “amor”, la biología lo traduce simplemente como un medio para la supervivencia de los individuos y de la especie. Aunque, claro, hay expresiones del amor que no apuntan a esa supervivencia en particular, como la homosexualidad, por ejemplo, o las relaciones sexuales por puro placer. Ahí puede que esté la pata floja en la mesa de esta teoría. Aun así, busca explicar el significado del amor.

Para la biología, cuando hay química, hay amor –literalmente–.  De hecho, hay relaciones importantes entre los niveles de hormonas y los estados del amor:

  • Serotonina, testosterona y estrógenos: son las que responden a la atracción, excitación el impulso sexual. Es de breve duración.
  • Femiletilamina y dopamina: responde a la etapa de enamoramiento, nos produce inmenso placer y satisfacción. Su duración, en los humanos, es más prolongado frente a otras especies, hasta unos 18 meses o un poco más.
  • Oxitocina y vasopresina: corresponde al cariño, apego o lazo afectivo que permite la continuidad del vínculo entre la pareja. Es el amor estable y, cuando es verdadero, la duración de estas hormonas puede prolongarse para toda la vida. Es la hormona de la monogamia, de hecho. La oxitocina, que da lugar al apego, también se produce en las madres y padres que aman a sus hijos, es apego protector, un lazo difícil de romper.

Como te habrás dado cuenta, esos tres grupos de hormonas constituyen tres etapas del amor, respectivamente y pueden vincularse con la teoría tripartita de la perspectiva psicológica: pasión (serotonina), proximidad o intimidad (dopamina), compromiso (oxitocina). Interesante, ¿no?

Por supuesto, todo lo que ocurre es un proceso cerebral regulado por hormonas. Así que si todavía crees que el amor nace del corazón, pues lamento romper tu ilusión.

  1. Perspectiva evolucionista

Relacionada con la perspectiva biológica, pero un tanto más básica y primitiva. Según ésta, los hombres buscan una persona con la que sea efectivo tener una descendencia sana y que sus genes se traspasen de generación en generación. El “amor a primera vista” es precisamente ese embelesamiento que sentimos hacia otra persona porque la notamos bella y muy atractiva, solo que en el fondo se trata de que quieres que tus futuros hijos tengan esos mismos genes mezclados con los tuyos. Mientras los hombres buscan esencialmente asegurar su información genética, las mujeres buscan un compañero para la crianza de esos descendientes.

Por lo tanto, si miramos al amor desde la lupa evolutiva, dicho sentimiento es solamente un interés biológico en traspasar ADN. Por lo tanto la infidelidad, según esta perspectiva, es normal porque se trata solo copular para tener hijos, mientras más opciones de pareja para lograr el objetivo, mejor. De hecho, la monogamia estaría limitando esa posibilidad de traspasar más genes. De ahí eso de que el humano es infiel por naturaleza.

Con respecto a eso, el psicólogo Christopher Ryan señala para la revista Quo que la poligamia es un comportamiento evolutivo y la monogamia es un comportamiento social «La monogamia es antinatural, antes de ser sedentarios la reproducción no se limitaba a una sola pareja, pues cuantas más parejas tuvieran las hembras tenían mayores posibilidades de tener hijos». Sin embargo, aclara que “tenemos la capacidad de controlarnos. La monogamia es como ser vegetariano. Tú puedes decidir ser vegetariano y puede ser una decisión sana, inteligente y ética. Pero ser vegetariano no cambia el hecho de que por naturaleza eres omnívoro. En nuestra especie somos omnívoros tanto en la dieta como en el sexo”.

Con todo y eso, la monogamia no precisamente es un constructo social. Científicos han hecho investigaciones que afirman que los mamíferos monógamos lo son para evitar que otros machos maten a sus hijos para concebir con la madre.

Bueno, a lo sumo podemos decir con confianza que los hombres infieles son unos animales. Y las mujeres no se quedan atrás… Just saying.

  1. Perspectiva astrológica

Esta visión es más divertida, esotérica y un poco más soñadora. Se refiere a la compatibilidad de los signos, al hecho de que un amor puede ser perfecto si dos personas cumplen un determinado papel zodiacal. ¿Jamás te has preguntado si haces match con tu pareja? ¿Nunca has curioseado en Internet a ver si eres compatible con tu chico o chica? No todas las personas creen en esto, pero los signos son como arquetipos que describen la personalidades de cada quien. Eso ya queda a consideración de los que son seguidores de la astrología o los que no.

Según esta perspectiva, las parejas perfectas están formadas por la unión de estos signos (aprovecha y chequea si tu amado o amada es compatible contigo):

  • Aries (fuego) + Libra (aire)
  • Tauro (tierra) + Escorpio (agua)
  • Géminis (aire) + Sagitario (fuego)
  • Cáncer (agua) + Capricornio (tierra)
  • Leo (fuego) + Acuario (aire)
  • Virgo (tierra) + Piscis (agua)

Si observamos bien, los patrones del buen complemento son fuego + aire, o tierra + agua.

Fuego + aire: Las personas regidas por el elemento fuego son impetuosas, entusiastas y vigorosas, cálidas, intuitivas, orgullosas y con gran confianza en sí mismas; necesitan libertad y acción. Las personas que pertenecen a signos de aire son inquietas, curiosas, estudiosas, inteligentes y flexibles en sus ideas y opiniones; necesitan comunicarse y expresarse intelectualmente.

Tierra + agua: Las personas regidas por el elemento tierra trabajan duramente, son perseverantes y pacientes, reservadas y dignas de confianza; necesitan resultados útiles y tangibles. Las personas que pertenecen a signos de agua son sensibles, compasivas, emotivas, susceptibles, introvertidas, intuitivas, imaginativas y fantasiosas; necesitan estabilidad y protección.

Así va lo de la compatibilidad de los signos y la formación de los amores “perfectos”. Por supuesto, no te preocupes si tu novio o novia no es precisamente del signo que “debería” según la lista antes mencionada. Recuerda que se trata de una perspectiva y no es estricta. Pero espero que este dato curioso te haya servido de algo.

  1. Perspectiva religiosa

El cristianismo, el judaísmo, el Islam, el hinduismo y el budismo también tienen sus propias definiciones del amor. Para el cristianismo, el amor proviene de Dios. Dios es, en sí mismo, amor. Los cristianos consideran que amar a Dios por sobre todas las cosas y amar al prójimo como a ti mismo, es lo que significa sinceramente el amor. La religión cristiana ve en el sexo un acto pagano si se hace fuera del matrimonio y sin el fin único de procrear (aunque la pareja ya esté casada).

Por otro lado, la definición de amor dada por el judaísmo es similar a la del cristianismo. En la Torah se afirma “ama a tu prójimo como a ti mismo” y “ama a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas”. Desde el punto de vista judaico el amor es dar sin esperar nada a cambio. Con respecto al amor entre parejas, para el judaísmo es un ingrediente importante en la vida que procura la felicidad de ambos.

En el islamismo, el amor es simplemente tener fe en Dios, pero el grado de amor recibido por Dios depende del esfuerzo que el individuo ponga en su fe. Para el hinduismo el amor se trata de una dicotomía entre el amor y el odio. No puedes amar si no conoces el odio, o no puedes odiar si no conoces el amor; es decir, el  sufrimiento es un medio para alcanzar la virtud. A su vez, para el budismo, el amor puro es un estado espiritual que los humanos pueden alcanzar si se liberan del mundo material y las emociones inherentes a éste como el deseo, el odio, el apego, la ignorancia, la envidia y el orgullo. Solo meditando y desprendiéndonos de nuestro ego, podemos alcanzar el estado espiritual del amor.

Como verás, de acuerdo con las religiones, el amor hacia una deidad es mucho más importante, pues amando a tu Dios primero, es que puedes amar a tus semejantes.

  1. Perspectiva filosófica

Analizar el amor desde esta perspectiva es igual de escabroso porque su concepto depende del filósofo que lo haya estudiado. En la filosofía, el amor ha sido caracterizado desde que Aristófanes dijo que se trata del sentimiento más importante del ser humano y que ningún otro se compara al placer que produce sentirlo. Platón lo contradecía y señalaba que el amor, visto desde el deseo de poseer una persona, es un círculo vicioso porque se desea lo que no se tiene, se aburre cuando se tiene para desecharlo y necesitarlo de nuevo. Para Aristóteles, el amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos.

Para Spinoza, “el que imagina aquello que ama afectado de alegría o tristeza, también será afectado de alegría o tristeza; y uno y otro de estos afectos será mayor o menor en el amante, según uno y otro sea mayor o menor en la cosa amada”, esto implica que el amor se trata de compartir alegrías y tristezas con la otra persona, como si fuesen propias.  Asimismo, de acuerdo con Spinoza, el hombre ama porque le causa alegría, pero esa alegría es producto de algo externo, lo cual nos hace querer apegarnos más a esa persona que nos hace feliz.

Hay tantas posturas que algunos filósofos consideran que el amor carnal –el sexo– distraen al hombre en lo que verdaderamente importa: el amor al conocimiento. Filosofía, de hecho, es amor a la sabiduría, al saber. Un hombre experimenta amor cuando se ocupa de analizar el sentido de la vida, cuando se dedica a la filosofía. Aunque, en resumidas cuentas, el amor romántico aceptado desde la lupa filosófica se trata de la combinación entre la ternura y la razón.

  1. Perspectiva artística

Para los artistas, el amor es equiparable a la musa, a la inspiración. El amor es uno de los contenidos más frecuentes y representados en las artes creativas: cine, literatura, música, artes plásticas, etc. Una de sus personificaciones más conocidas es Cupido en mitología romana, aunque ya existía con el nombre de Eros, dios del amor y el sexo, en la mitología griega.

Muchos han sido los artistas que en sus obras hablan sobre el amor o lo representan. ¿Cuántas canciones no conocemos que nos hacen sentir enamorados? ¿Cuántos libros no hemos leído que nos hacen vivir el amor solo con pasar unas cuantas páginas? ¿Cuántas películas no hemos visto que nos hace llorar porque nos sentimos identificados?

Para las artes, el amor es más que todo romántico, es darlo todo por la persona amada, aunque te quedes sin nada o no seas correspondido. En las artes el amor es más dramático, más pasional. Basta con recordar –ahí va de nuevo– a Romeo y Julieta, esa relación prohibida y trágica tan conocida en el mundo.

Las artes se encargan de representar al amor, pues este sentimiento sirve de referente para la construcción de productos creativos. Me parece que Cortázar hizo una representación perfecta del significado del amor en su cuento Flor y cronopio:

Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos.

Primero la va a arrancar, pero piensa que

es una crueldad inútil y se pone de rodillas

a su lado y juega alegremente con la flor,

a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile,

zumba como una abeja,

huele su perfume

y finalmente se acuesta debajo de la flor

y se duerme envuelto en una gran paz.

La flor piensa: “es como una flor”.

–Historia de Cronopios y famas

 

Entonces, al haber leído todas estas perspectivas, ¿con qué definición del amor te quedas? ¿Para ti qué es el amor? Para mí, el amor es lo que siento al comer pizza o al besar a mi novio, una felicidad que no tiene explicación. Y es que buscarle un concepto al amor es quitarle su magia, su complejidad, su naturaleza abstracta. Pero, si me apuras demasiado, me quedo con lo que dice Ed Sheeran, con la canción que abre este post:

Amar puede hacer daño,
algunas veces, amar puede hacer daño,
pero es lo único que conozco.
Y cuando se pone difícil,
sabes que algunas veces se puede poner difícil,
es lo único que nos hace sentir vivos.

Amar puede curar,
amar puede remendar tu alma,
y es lo único que conozco.
Juro que será más fácil,
recuérdalo con cada pedazo de ti,
y es lo único que nos llevamos cuando morimos.

 

Él Opina:

Yo no me quiero poner filosófico pensando qué es el amor. Lo que sí me parece interesante es que la naturaleza o evolución haya desarrollado un mecanismo químico súper complejo, de los neurotransmisores que se describen allá arriba, para hacer que por un periodo de tiempo no veamos objetivamente a nuestros amorcitos, es decir, que por un tiempo no nos demos cuenta los defectos sino solo de sus virtudes y ni siquiera de ellas porque, al final, solo vemos lo que queremos y esperamos ver. Y en nuestro ensueño pensamos que es la persona más maravillosa que ha existido en la faz de la tierra, y qué suerte la mía que la he encontrado yo antes que otro le haya puesto la garra encima.

Lo siento, hay veces que me pierdo. Volviendo al punto, sea como sea, eso que denominamos «estar enamorado», nos nubla por un tiempo, sea unos meses, un año o varios años. Es como si la naturaleza deseara que no veamos a la gente como es, porque de hacerlo nunca formaríamos una relación.  Entonces, ¿qué es el amor?,  al menos la primera etapa del enamoramiento, diría que es una trampa evolutiva que incita a la reproducción y posiblemente al estado temporal de la monogamia.

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Cerrar ciclos, pasar la página y comenzar de nuevo

Vivir una decepción amorosa es una experiencia bastante común. Eso no quiere decir que debas estar predispuesta –o predispuesto– a ello, mucho menos si actualmente llevas una relación sana con alguien. Lo cierto es que hay personas que han pasado por este tipo de situaciones –yo incluida–, capaz a ti te sucedió algo parecido y, afortunadamente, ya lo superaste.

En caso de que no sea así, que todavía haya en ti una herida que necesita sanarse, acabas de romper con esa persona que creíste el amor de tu vida y te has desilusionado por completo, déjame decirte que no estás sola ni solo. Aunque parezca absurdo, fue lo mejor que ha podido pasarte.

¿Los motivos de una ruptura? Hay muchísimos… A ti te gusta el chocolate y a él no, su perrito te mordió, tu suegra te miró feo, no se acordó del aniversario, te compró el suéter marrón en vez del rosado… Just Kidding. Ya, seriamente, los motivos suelen ser, a menudo, que no comparten los mismos gustos, tienen proyectos a futuro que no compaginan, cayeron en la rutina, ya no sienten lo mismo, perdieron el interés, la confianza murió, etc. Pero, el más común y el más hiriente es la infidelidad, un puñal que se clava muy dentro y que es muy difícil de superar, ¡pero no imposible!

Seguro dirás “nadie en mis zapatos puede entenderme”, pues te equivocas. A todos alguna vez nos han roto el corazón, sentimos que se llevan una parte de nosotros, nos aferramos a los momentos buenos y malos que vivimos con esa persona, nos cegamos por completo y creemos que el amor es un asco…

Stop! ¡Bata ya! Empodérate ahora mismo y toma las riendas del asunto porque ir llorando de esquina a esquina no es una buena táctica para superar el desamor. Pon a tu ex donde tiene que estar: en el pasado.

¿Cómo olvidar a tu ex?

Pues no, no lo vas a olvidar. Ni que tuvieras amnesia. Primero, no es que vas a darle reset a tu cerebro porque no eres una máquina. Segundo, ¿qué hacerle? Los recuerdos no se borran así porque sí. Lo que sí es posible es superar, soltar y dejar fluir.

Es muy común que leas por ahí que “debes perdonar”, y es cierto. Pero te entiendo, y sé que eso no es sencillo, menos cuando se trata de una infidelidad. Usualmente sueles culpar al otro y atribuirle toda la responsabilidad. Capaz así fue, no niego que hay hombres patanes y mentirosos, o mujeres igual de odiosas, capaz eres de esas personas que lo dan todo y reciben lo peor. Aunque, también, puede ocurrir que desde un principio hubo indicios de que la relación no iba a parar muy bien (y te negaste a ver esos avisos) o, a lo largo de la relación, ambos se dieron cuenta de que esa unión no daba para más y, bueno, colapsó.

Lo que sí debes hacer es evitar echarle la culpa por completo a esa otra persona. En una pareja, la responsabilidad es de ambos, hacerse la víctima no es, ni de lejos, la forma de superar esa relación tan tóxica. Tampoco es que te vas a creer la culpable de todo, poniéndote sumisa y diciendo que no le diste lo suficiente.

No vas a “olvidar” a tu ex cerrándote en tu mundo interior y despreciando a las personas del sexo opuesto. Basta de “todos los hombres son iguales”. ¿Te gustaría que la persona que te gusta no quiera estar contigo porque su ex le jugó mal y ahora diga que “todas las mujeres son iguales”? Estoy segura que no. Tampoco vas a “olvidar” a tu ex si caes en los excesos del alcohol, las drogas o la comida: la adicción no es salida.

Etapas de un corazón roto

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Llorar descontroladamente como si no hubiera un mañana

No hagas caso cuando te digan que no llores. Al contrario, quédate seca hasta que no te queden más lágrimas. Tienes que sacar eso que llevas por dentro, no puedes anclar el dolor dándotelas de “fuerte”. Eso sí, como te dije más arriba, tampoco vas a andar llorando en todos los rincones, contándole todas tus penas a cualquier persona. Llora en tu casa, con tu almohada, con tu helado favorito, viendo la película de amor más triste que tengas en tu repertorio. Es probable que la lloradera a cuatro paredes te dure unas cuantas semanas (un poco más, un poco menos, ya eso depende de ti).

Ver los memes negativos en las redes (o escuchar canciones de despecho)

Y es que sí, es normal que la mayoría de las chicas y chicos sientan que el mundo es horrible y que el amor es un asco. Las imágenes existencialistas y nihilistas seguro que las vas a ver y las vas a compartir en tus cuentas. De esto no abuses tanto, sí es una etapa que vas a pasar, pero puedes controlarte también. Si no eres de las que hace match con los memes, bueno, la versión clásica de este punto es escuchar canciones de despecho. Ya sabes, tipo Ana Gabriel (que canta lindo, pero sus letras te pueden dejar con las emociones por el suelo).

Odiar muchísimo a las parejas que andan en el parque tomados de la mano y besándose

Pues sí, te volverás hater de todo lo que tenga que ver con el amor. Andarás en esa onda de que el amor es una ilusión, que es una mentira biológica, que en realidad confundimos el amor con los instintos de reproducción humana, etc. Estarás viendo con malos ojos a las parejas que pasan frente a ti, en cualquier lugar. Te van a dar asco las demostraciones de afecto. O sea, el grinch y tú. Y así vas a andar un buen rato. No te digo cuánto exactamente porque puede ser un día o puede ser un año. Cuando se trata de tiempo, la cosa depende de ti.

Stalkear

La curiosidad puede más que muchas cosas y ahí vas a andar tú de masoquista viendo la vida de tu ex en las redes. Vas a burlarte de su nueva novia diciendo que es fea y fácil, o puede ser a la inversa y te vas a empezar a comparar con la chica, diciendo que ella es más bonita que tú. En fin, que tú misma va a estar haciéndote daño.

Acudir a los famosos libros de autoayuda

Eventualmente te vas a ir aburriendo y comenzarás a leer un libro de autoayuda porque fulanito te lo recomendó. No soy fan de este tipo de lectura, pero he sido testigo de que esta técnica les ha servido a varias personas. Al menos vas a estar leyendo y eso te distrae.

Va a llegar un punto en que por fin te decidirás a dejarlo fluir, ya no te va a doler tanto. Las comedias románticas comenzarán a darte risa de nuevo, encontrarás algo tierno en las personas que se demuestran afecto en tus narices. Los memes negativos o las canciones de despecho darán paso a actividades realmente útiles que te harán salir de la rutina. Tu sed de stalkear será sustituida por YouTube y la búsqueda de tutoriales. No te harán falta los libros de autoayuda y volverás a tus temas habituales. ¡Es así! Y espero que te hayas dado cuenta de algo, a lo largo de mi explicación te demuestro que el secreto lo tiene el tiempo. No hay fórmulas mágicas, no hay técnicas especiales, no hay cursos para lograrlo. Es el tiempo, el pasar de los días, el que te irá sacando del hoyo. Vas a aceptar lo que viviste con tu ex, vas a agradecer los buenos momentos, vas a aprender de los malos. Capaz, ciertamente, la respuesta no es que lo perdonarás, pero al menos cuando lo pienses y lo recuerdes, no te va a doler. Estará, finalmente, enterrado en el pasado.

Sin embargo, te daré unos tips para que te enfoques en ti (que en realidad es la única manera de superar las relaciones pasadas).

Ámate a ti misma, la verdadera forma de superar a tu ex

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-¿Qué puedo hacer para que me ame?

-Amarte hasta que no quieras estar con alguien que no te ame.

No necesitas a nadie para sentirte suficiente. Romper con una relación que no daba para más, no significa que ya no podrás volver a sentir el amor. Ese es el problema de aferrarse a una persona, creer que el otro es quien nos provee la felicidad. Resulta que, en realidad, eres tú misma la que tiene el poder de hacerlo. Está claro que si no sientes amor hacia ti, nadie más puede enseñarte a amarte ni respetarte.

  • Admírate en el espejo y nota qué partes de tu cuerpo te gustan más. Dile a tu reflejo –en voz alta, sí– por qué te agrada esa zona en particular. Di a tu reflejo “eres linda” y sonríe.
  • ¿Recuerdas las veces que le preparaste desayuno a Voldemort (a tu ex, a quien no debe ser nombrado)? ¿Recuerdas cuánto te dedicabas para que quedara delicioso y capaz hasta le llevabas la comida a la cama? Bueno, vas a hacer lo mismo pero a ti misma. No un simple desayuno para salir del paso. No. Hablo de que pongas la mesa o prepares tu cama, de forma bonita, agradable, te hagas la comida más deliciosa y te sientes a disfrutarla tú. Si no sabes cocinar, bien, ten una cita contigo misma y sal a comprar lo que más te guste. En fin, la idea es que te atiendas a ti.
  • Lee un libro o muchos. El placer de la lectura y aventurarse en historias ficcionales hacen que tu mente tenga un solo foco. Si no eres de las que lee, bueno, hazte un soundtrack con la música que más te guste y ponte a bailar.
  • ¡Ve series! Netflix es tu mejor amigo. Nada mejor que disfrutar tu serie favorita comiéndote un helado que no tienes que compartir. ¡Ganaste!
  • Sal con tus amigas. Disfruten juntas.
  • Ve al gym. Cuando pises una caminadora, te sentirás muy sexy y dueña de tu destino.
  • Date duchas aromáticas y ve a la peluquería. Un cambio de look te hará sentir completamente nueva.
  • Ve a un masajista. Relájate.

Te aseguro que apenas empieces a hacer estos “ejercicios”, lograrás sentirte en contacto con tu propio yo. Comenzarás a valorarte mucho más. Descubrirás que contigo te sientes mejor y, pasado un tiempo, estarás preparada para comenzar otra relación, ya no sentirás miedo ni desconfianza porque no te importará si vuelven a jugarte mal (espero realmente que no vuelva a sucederte), pues aprendiste que estando contigo misma es más que suficiente.

¿Cómo cerrar ciclos y comenzar una nueva relación?

Los ciclos son momentos o etapas por las que pasamos en nuestra vida. De hecho, la vida en sí misma es un gran círculo. Cada ciclo está compuesto por experiencias agradables y desagradables. Tú tienes la decisión y la potestad de hacer de tu ciclo algo muy bueno o muy malo. No tienen tiempo determinado, pueden durar una semana o 50 años. No quiere decir que tu relación con alguien que amas está destinada a terminar, puede que estés con tu misma pareja por 60 si se trata de una convivencia sana y con mucho amor. ¿Por qué dejar de creer en el gran amor, ese que dura toda la vida?

Cuando los ciclos son tóxicos o llegaron al momento de un inevitable final, hay que cerrarlos. Para hacerlo, obsérvate, analiza cómo fueron tus actitudes y tu comportamiento dentro de esa relación. Acepta tus errores y no vuelvas a cometerlos, aprende de tus experiencias. Agradece lo que sí viviste, quédate con los buenos momentos y desecha los malos. No sientas rencor a tu ex, piensa que ningún humano es perfecto y que lo bueno es lo que pasa, te diste cuenta que seguir en una relación con él no le traería nada bueno a tu futuro.

No confundas cerrar ciclos con lo de “un clavo saca a otro clavo”, porque es mentira. Después de haber roto con alguien debes darte un tiempo para encontrar lo que perdiste de ti misma en esa relación. Ir a los brazos de otro no solucionará nada porque estarás lastimando a esa nueva persona y, cuando no lo esperes, estarás pensando en tu ex.

Cuando hayas cerrado el ciclo correctamente, estarás preparada para abrirle de nuevo las puertas al amor. El tiempo varía. Te puede tomar hasta 3 años superar a tu ex, y está bien, no apures el paso. Empeñarte empecinadamente a “olvidar” solo hará que recuerdes aún más. Respeta tu ritmo. Siempre será necesario –casi obligatorio– que, después de haber roto con una relación, estés sola durante un buen tiempo.

Luego de ese tiempo, estarás consciente de tus errores y evitarás volver a cometerlos en una nueva relación. Date la oportunidad de empezar de nuevo. No inicies nada por miedo a estar sola o porque te sientas necesitada de amor, así no funcionan las cosas. No comiences con otra persona llevando los vicios de tu relación anterior. No compares, ninguna pareja es igual a la otra y ninguna historia de amor se repite, siempre son únicas.

Asegúrate de que, esta vez, la comunicación entre tú y tu nuevo chico sea aún mejor, libérense de los prejuicios y los ideales del amor “perfecto”, porque no lo hay. Debes saber que todas las relaciones de parejas tienen problemas y lo importante es solucionarlos a tiempo, si es posible el mismo día: nunca te acuestes enojada con esa persona. Sean tiernos entre sí, no se lastimen. Muchas veces no es lo que dices, sino como lo dices (cliché de aquí a Pekín, pero muy certero). Que de sus bocas no salgan gritos, sino palabras de comprensión.

Como verás, al final todo se trata de ti y de cómo manejes la situación. Nadie más lo hará por ti. Nadie juntará las piezas de tu corazón roto, tú misma tienes el pegamento para hacerlo.

 

Él opina:

A todos nos han roto el corazón y lo único que puedo decir sobre este tema es: Habla con tu Ex. Dile todo lo que te callaste. Yo tengo mi propia teoría, que lo que dificulta pasar la página es porque no te defendiste cuando debiste, no dijiste lo que quisiste, etc., y esos juicios propios quedan allí rebotando en nuestra mente y es la culpa la que no nos deja dormir.

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El secreto de la felicidad: La sincronía cerebral

Tal parece que la frase “dime con quién andas y te diré quién eres” tiene aval científico. No solo eso, cuando sientes que alguien piensa lo mismo que tú y comienzas a decir “parece que estamos conectados”, también tiene una explicación por la ciencia. Además, esa «conexión» es la clave de la felicidad: la sincronía cerebral.

El neurocientífico Moran Cerf ha estado estudiando por más de una década si, en efecto, los cerebros pueden comunicarse entre sí. Resulta que, efectivamente, existe una sincronía entre los impulsos eléctricos cerebrales. Lo que ocurre es que cuando dos o más personas pasan mucho tiempo juntas, sus ondas en el cerebro se alinean y comienzan a parecerse, llegando incluso a ser casi idénticas.

«Dos personas que ven las mismas películas, los mismos libros, que comparten las mismas experiencias y que además solo hablan entre ellos, después de dos semanas, comienzan a mostrar patrones comunes a nivel de lenguaje, emociones y hasta puntos de vista», menciona Cerf en una entrevista para la BBC.

Así que lo que nos decían nuestros padres en nuestra adolescencia, eso de “escoge bien a las personas con quienes pasas el tiempo”, no es un sermón barato. De hecho, es muy probable que, sin haberte dado cuenta, hayas adoptado comportamientos buenos y malos de quienes te rodeaban en ese tiempo. Incluso ahora, quienes forman tu círculo de amistades pueden estar influyendo en ti y viceversa.

Lo mismo ocurre con las parejas. Cuando estamos en una relación, solemos parecernos al otro y comenzamos a usar su jerga, ademanes y demás. En mayor o menor grado, al pasar tiempo con esa persona, sus cerebros comienzan a conectarse y es normal que, llegado un momento, sus gustos se amolden entre sí, aunque sigan diferenciándose en ciertas cosas. Procura entonces escoger a un buen candidato, con buenos valores e inteligente, no a un baboso que no sabe lo que quiere y no respeta ni a su madre, ¿vale?

Entonces, ¿es posible alcanzar la felicidad con la sincronía cerebral?

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Según los hallazgos de Cerf, sí. La clave está en que te rodees de personas buena vibra, ya sabes, las que tienen la habilidad de ver siempre el vaso medio lleno, las que son optimistas –sin rayar en lo absurdo–, las que ven el lado bueno de las cosas, las que no se la pasan maldiciendo por doquier. Aléjate de esas personas cuya aura es tan pesada que tú misma sientes una tensión incómoda cuando estás cerca de ellas.

De acuerdo con Cerf, la forma más segura de hallar la felicidad no tiene que ver con las experiencias vividas, ni mucho menos con los bienes materiales, sino con pasar el tiempo con las personas correctas.

Con tu pareja, lo mismo. Si sientes que estás con alguien que te hace bien, que te hace reír, que no te maltrata ni física ni verbalmente, que valora tus sentimientos –y no solo los ojos que tienes en el pecho–, sabrás que estás al lado de alguien que vale la pena y juntos pueden evolucionar.

Sin embargo, elegir es muy difícil cuanto tu visión está nublada por la sonrisa bonita de muñeco de torta que tiene el que te gusta. Saber si es un buen partido o no, puede resultar cuesta arriba porque hay personas que saben mentir muy bien. Las máscaras enceguecen. En ese caso, Cerf recomienda evitar la toma de decisiones por impulso porque nuestra mente está cargada de prejuicios y eso dificulta nuestra elección.

Los prejuicios dan paso a los sesgos cognitivos que nublan tus pensamientos. Eso tiene que ver mucho con las malas experiencias que viviste en el pasado y esa tendencia a siempre recordar los eventos negativos, esto impide que te abras nuevamente al amor por miedo a que vuelva a ocurrirte lo mismo.

Quienes te rodean, te influyen

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Todo lo que alguna vez hemos leído, las películas que hemos visto, las canciones que hemos escuchado y la gente que nos ha acompañado, dejan huella en nosotros. “Esto significa que la gente con la que pasas el tiempo realmente tienen un impacto en tu percepción de la realidad, más allá de lo que puedas explicar”, dice Cerf.

En los estudios que hizo, Cerf llega a la conclusión de que si las personas quieren maximizar la felicidad y disminuir el estrés, deben construir una vida que requiera tomar menos decisiones rodeándose de gente que personifique los rasgos que ellos prefieren. Es decir, si quieres tener una vida más saludable y en forma, pasa el tiempo con amigos fitness. Si quieres mejorar tus técnicas de estudio, entonces júntate con los cerebritos de tu salón. Si quieres aprender a cocinar, además de hacer un curso, pasa el tiempo con personas que comparten ese mismo gusto.

Sin embargo, lo antes explicado se trata de una teoría. Habría que ver hasta qué punto se cumple. Es decir, está claro que hay personas que forjan una amistad y son completamente distintas. Puede que tengas una muy buena amiga, o amigo, que le guste fumar marihuana y eso no significa que tú lo vayas a hacer o que te vayan a inducir a hacerlo. Hay personas que son realmente firmes y no se dejan influenciar. En todo caso, los hallazgos de Cerf son un gran aporte y ayudan a explicar varias dinámicas sociales donde, en efecto, tu pertenencia a un grupo puede amoldar tu forma de ser.

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